De cuando estaba muy rabioso con todo y la confianza daba asco...
Ya está bien. Se acabó. Me han timado y estoy que muerdo cables de acero templado...
Quien sepa donde está la Oficina de Atención al Ser Vivo que lo diga...
Me han reenviado 83 veces el puto mail de ese supuesto matrimonio en el que ella se compra un delicado conjunto de noche, lo reserva para “una ocasión especial”, y muere trágicamente antes de poder estrenarlo. Moraleja: CARPE DIEM.
Y una mierda...
Me han vendido 258 veces la “moto” del “si quieres puedes”, la del “nada es imposible para el que sabe esperar” (socorrido nick para el messenger, por cierto... cuanta originalidad en la red...). Moraleja: SÉ CONSTANTE Y NO DESFALLEZCAS.
Y una posha...
¿Cuál es la realidad? Miro a mi alrededor y veo a buenas personas que están solas, que no se lo merecen; y que ya están empezando a cansarse de la situación. Y quieren venderles estos tópicos para que se consuelen. Lo peor es que funcionan, porque si, al final, el AZAR, la SUERTE (que, no se engañen, es la única Ley Universal que funciona últimamente...) les acompaña, se acogerán a ellos y musitarán “era verdad...”. Que no, que no, que ya está bien...
La realidad es que no paramos de decirnos “bueno, es una racha... seguro que cuando pase tal fecha y cambie la situación, todo mejora...”. “En fin, paciencia, en cuanto termine este trabajo, o este curso, me pongo con ello y me reordeno...”. Luego, pasa o no pasa. Por mucho que te lo curres, por mucho que lo desees. Hazte a la idea ya: no tenemos lo que nos merecemos, sino los que nos dejan que tengamos.
¿O acaso somos tan cobardes como para no parar de autoimponernos prórrogas cuando en el fondo sabemos que la “llave” está en nuestro propio bolsillo? Yo pienso que esto sería la excepción que confirma la regla, no la regla. Una “anomalía estadística”.
La lucha por ser uno mism@. Contra viento y marea. Contra susurros y maledicencias... eso; eso es lo único que parece que queda. Guerrilleen, amig@s, guerrilleen. Me estoy empezando a convencer de que es lo único que está realmente en nuestras manos...
Y lo mejor: no hace falta licencia de armas...
PD: Perdón (sabéis a quienes me refiero, compañer@s) por los días que os estoy dando. La confianza da mucho asco, mucho. Os compensaré con creces.
viernes, 8 de junio de 2007
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2 comentarios:
malas rachas? dios, yo de pequeña debí caerme en la marmita de malas rachas, vive dios!
Hola primo, la verdad es que yo tengo mucho esa sensación de depender del azar más de lo que quisiera. Creo que todo esto del si quieres puedes no es más que un medio sofisticado de control de social. Pero he de decir que creo que el esfuerzo es necesario, sin esfuerzo no hay buena suerte.
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