Fotos de muro
Ahí. Justo ahí se paró el tiempo, y yo lo supe con la certeza incólume del que sólo ha tenido una certeza así alguna vez antes. Ahí estabas, y yo te vi, en los dos índices, en el anular destrozado, en la cuerda del Re y en la del La; en la microscópica gota de sudor que manchó el golpeador con la pegatina de vinilo. Una sordera premonitoria y el vacío más abisal, con una paradójica claridad que nada tenía que ver con la luz de los focos que daban protagonismo a los otros.
En esta instantánea, como en todas las tuyas que ahora repaso, remiro, releo y vuelvo a paladear... ahí se paró el tiempo.
(Sala Akasha, Sevilla, 31 años y un día).
Ahí. Justo ahí se paró el tiempo, y yo lo supe con la certeza incólume del que sólo ha tenido una certeza así alguna vez antes. Ahí estabas, y yo te vi, en los dos índices, en el anular destrozado, en la cuerda del Re y en la del La; en la microscópica gota de sudor que manchó el golpeador con la pegatina de vinilo. Una sordera premonitoria y el vacío más abisal, con una paradójica claridad que nada tenía que ver con la luz de los focos que daban protagonismo a los otros.
En esta instantánea, como en todas las tuyas que ahora repaso, remiro, releo y vuelvo a paladear... ahí se paró el tiempo.
(Sala Akasha, Sevilla, 31 años y un día).