jueves, 26 de febrero de 2009


LUAN-CAFÉ...

¿Qué puedo ya decirte que se merezca
(no sé...) tal vez un gesto de asombro?

Veo la derrota en tus párpados.
Ya no puedes engañarme, aunque
brindes conmigo en la distancia que
nos imponen estas baldosas irregulares
y manchadas de una fingida muerte entre
bambalinas y engaño.

También yo sostuve mi frente ante tantos
glaciares, tantos témpanos...

¿Qué puedo decirte?

Todo está en alguno de estos hoyos que excavamos
cuando era tan, tan divertido ocultar tesoros...

¿Qué puedo decirte, hermano (hermana)?
Si con este sollozo camuflado de malta se podrían
narrar todos los viajes del más intrépido
(y la más triste de las brújulas, con su aguja
quebrada;
como tu ímpetu, como el mío
que ya es tan tuyo cuando levantas tu brazo
y todos los vientos se dirigen a destruirnos...).