Nadie me cree, nadie se lo cree...
Y la actriz se lo vuelve a creer, se desnuda y entiende quién fue, hoy la puta se viste de rey... Y la actriz hace bien su papel, hoy la puta se viste de rey, hoy la puta se viste de rey y nadie le cree, nadie se lo cree...
(Vetusta Morla, "Autocrítica").
The great (shit) moment
No son tiempos para rasgarse, ni desnudarse
más de lo debido. Ni edades.
La puta se viste de mona. Y la seda, triste y queda
como un paraguas en agosto, se queda en la vereda
incrustada en tiras de “Vileda”,
bailando con la mugre. Mugre.
Follando con la mugre y besando sin ganas.
Así, mi amor, no temas y viste lo que anhelas,
y restriega, y entrelaza y atormenta a quien tú quieras;
y no temas desear lo que deseas, ni fregar las escaleras
del transecto que les une a tus caderas (o a su centro, en
la caverna donde tienes la despensa...):
Puta (aunque tan mona) te quedas.
(Basado en la canción).