jueves, 24 de julio de 2008


Uno así como tonto, pero con “su cosa”...

Mi primera caña de pescar (caña “de mano”) medía aproximadamente 2.5 metros. Era de bambú, y estaba hecha a mano, concretamente por mí. Los aparejos (el sedal, la boyita de corcho, las plomadas...) los compré en una ferretería con un dinero que me regaló mi abuelo...

Perdí la cuenta del pescado que esa caña sacó del Mediterráneo, con el agua hasta las rodillas (limpia como la nieve virgen, plana y tranquila como una bandeja de latón) en compañía de mi primo Rafa...

Mi segunda caña de pescar (caña “de mano”) medía y mide 4 metros y es de fibra sintética. Me costó, incluido el aparejo, que venía ya montado en un simpático chambelito de plástico, unos 12 euros, en un centro comercial.
Esa caña es una mierda...

Y tengo que darme cuenta ahora...

PD: No voy a entender jamás tus principios, tus criterios... y es inútil intentar que tú hagas lo propio con los míos. Aún así, y sabiendo de sobra que el lagartijo humano se me anticipará en la jugada, te propondré ir a ver juntos la peli del Che cuando la estrenen en septiembre... ¿qué me dices?