martes, 19 de junio de 2007


XVII

Calma. Silencio.
En silencio. En calma.
El niño hace girar la peonza, y
se revuelca en la grama.

La madre recoge los dientes
que se le pudren al mundo;
el padre se cura la sarna
en silencio, en calma.

Silencio. Calma.
En calma. En silencio.
El harapiento vasallo
se resiste a entregar el diezmo
que reclaman los roedores
que serpentean en los trasmallos.

Calma... fingida.
Silencio... extraño.

1 comentario:

Jove Kovic dijo...

Una maravilla de poema... o dos.
El color de tu rincón encaja con lo que escribes, hay una armonía en los tonos. Quiero decir que tu rincón dice cosas de tí que yo pensaba.