“Os encanta ser unos golfos...” dice el spot. (Cagadas antológicas, vol.1)
(Que me dice la gran Marirrá algo así como que me paso tres pueblos con los posts. Sé que ellos y ellas me toman por un loco inofensivo que les anima los cuatro ratos chungos; y a mí eso me divierte y me mola lo de seguir alimentando el falso mito, pero en su honor (el de ella) hoy voy a hacer una excepción y mientras le doy tregua a la historia de Emilio -recuerden, la de los títulos en verde- voy a escribir cosas un poco más “entendibles”).
No sé por qué les extraña que diga que “la gente está aquí muy crispada porque folla poco”. Miren, llevo muy mal lo de mis 28 años recién cumplidos, pero este acontecimiento ha tenido otros efectos secundarios muy positivos: antes, cuando iba al WC invertía casi el 100% de mi tiempo en leer lo que se me pusiera a tiro; ahora hay ocasiones en que soy capaz de mandar el tronco al aserradero reflexionando sobre cuestiones más prosaicas y no por ello menos trascendentes (lo siento, no he sido capaz de encontrar otro eufemismo más elegante). Porque siempre es trascendente el autoanálisis hasta en las cuestiones más nimias en apariencia.
El spot del título (bueno, la frase en sí), el de esa conocida marca de bebidas carbonatadas, me ha hecho visualizar un supuesto práctico que corrobora esa entradilla. Miren, seamos sinceros, casi siempre contamos las cosas, las anécdotas, las vivencias desde un punto de vista que normalmente nos favorece; es decir, el de víctimas, el de mártires, el de “yo aprendo a base de palos”. Pero hay que echarle cojones para reconocer que se ha aprendido alguna lección valiosa cuando tú eres el cabronazo que la ha cagado (nunca mejor dicho).
Sí, me encanta ser un golfo... dicen que está en los genes... aunque yo siempre he pensado que se ubica más bien junto a la polla...
Y, oyes, que siempre es mejor ir de frente...
EPISODIO 1:
“Te quiero decir que... no sé que me está pasando pero me siento muy atraído... siento algo especial... no paro de pensar en ti...” Venga, joder... si nadie dice que no sea verdad, pero es que ya te vale... Y una noche le echas pantalones, y mandas un sms más subido de tono, más explícito; o lo que es peor: te terminas de armar de valor e incluso marcas el número, le das a la teclita verde y lo hablas en persona y en tiempo real. La chica te da calabazas, elegantemente... se excusa (o al menos es lo que piensas tú) y se despide dejando una puerta entreabierta (o al menos es lo que tú piensas).
Diez minutos y un cigarrillo después mandas otro sms a otra chica; es tu “opción B”, tu bala en la recámara... mismo resultado, pero con un pequeño matiz... Ummm, ese tono de voz (en el mejor de los casos, sólo es una variación del tono de voz...), esa expresión tan poco propia de ella...
Era impensable... pero no imposible. Y es que, ¿cuál era la probabilidad de que las dos estuvieran juntas, en el mismo punto geográfico del planeta y a la misma hora post-meridiam?
Es la hecatombe... es una auténtica tragedia; es... LA GRAN CAGADA (y aquí enlazo).
Eso no hay por donde cogerlo, eso no tiene ni ha tenido arreglo en la puñetera vida, eso sólo lo enmiendas con un exilio en otro continente...
(...)
Tengo 28 años. Follo poco (últimamente). Y como ya no se podía estar más crispado, de cuando en cuando publico entradas chorras en un blog gratuito del imperio Google.
Sepan perdonarme. En otra vida quizás fui Concejal de Medio Ambiente (o algo así...).
Como siempre, "based on a true story"...
“Te quiero decir que... no sé que me está pasando pero me siento muy atraído... siento algo especial... no paro de pensar en ti...” Venga, joder... si nadie dice que no sea verdad, pero es que ya te vale... Y una noche le echas pantalones, y mandas un sms más subido de tono, más explícito; o lo que es peor: te terminas de armar de valor e incluso marcas el número, le das a la teclita verde y lo hablas en persona y en tiempo real. La chica te da calabazas, elegantemente... se excusa (o al menos es lo que piensas tú) y se despide dejando una puerta entreabierta (o al menos es lo que tú piensas).
Diez minutos y un cigarrillo después mandas otro sms a otra chica; es tu “opción B”, tu bala en la recámara... mismo resultado, pero con un pequeño matiz... Ummm, ese tono de voz (en el mejor de los casos, sólo es una variación del tono de voz...), esa expresión tan poco propia de ella...
Era impensable... pero no imposible. Y es que, ¿cuál era la probabilidad de que las dos estuvieran juntas, en el mismo punto geográfico del planeta y a la misma hora post-meridiam?
Es la hecatombe... es una auténtica tragedia; es... LA GRAN CAGADA (y aquí enlazo).
Eso no hay por donde cogerlo, eso no tiene ni ha tenido arreglo en la puñetera vida, eso sólo lo enmiendas con un exilio en otro continente...
(...)
Tengo 28 años. Follo poco (últimamente). Y como ya no se podía estar más crispado, de cuando en cuando publico entradas chorras en un blog gratuito del imperio Google.
Sepan perdonarme. En otra vida quizás fui Concejal de Medio Ambiente (o algo así...).
Como siempre, "based on a true story"...
2 comentarios:
ja ja ja ja ja ja ja ja ja no puede ser, pero cómo te puede pasar semejante cosa? ¿Se conocían? ja ja ja ja me has alegrado la mañana de las risas que me acabo de echar, ja ja ja
::: para que luego digan que la ubicuidad no existe y que las paradojas espaciotemporales son solo cosa del cinexin... JA !!!
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