sábado, 8 de octubre de 2011


“Cagar desnudo en medio de un prado verde. Mientras llueve…”.

Esa fue la respuesta. Simple, directa, rotunda. Supongo que estábamos en una edad un tanto difícil. Decisiva también. 18 o 19 años, en una ciudad que para casi todos era extraña, y cada uno “de su padre y de su madre”. De tantos sitios y tan distintos.
Doy por hecho que sacábamos pecho a conciencia. Sí, un poco. Que muchos nos esforzábamos por envolvernos en un halo “raro”; que queríamos parecer interesantes, “underground”, originales, rebeldes… Marcando no se qué territorio.

El sueño de Iván era ese. Eso decía él, claro. Los meses, los años… fueron deshaciendo tantas máscaras (derritiéndolas, re-moldeándolas, aniquilándolas incluso)… pero no la de él.

Terminé por convencerme de que sí, de que ese era su sueño de verdad. Y estoy totalmente seguro de que lo habrá cumplido, por supuesto.

Qué habrá sido de ti, amigo… Te extraño.


Imagen de: Alejandro Arrubla Pereira