Postales de viaje (2).
“Me llamo LuismiguEARL”...
Ser un hombre “de palabra”, en los tiempos en los que vivimos, es bien cierto que ya no se puede considerar como un “pro” en casi nadie. Cada vez menos, esta cualidad reporta alguna satisfacción... y perdonen mi pesimismo, pero es que durante el cierre cautelar de mi bitácora han pasado muchas cosas que no tenían que pasar y, al tiempo, no-han-ocurrido otras que yo esperaba (iluso) como agua de mayo. Porque era justo que ocurrieran...
Endemientras, y precisamente como consecuencia de ser un hombre que se precia de pagar todas sus apuestas (descansa más el que paga que al que le deben, dicen), he aprovechado para protagonizar una de mis salidas de tiesto y cumplir con mi débito para con un buen amigo: el que contraje el día que hicimos una absurda apuesta (bajo los efectos de la shervesa) y cuyo precio a pagar por el perdedor (servidor) era el de dejar a la vista de todo el populacho un “moustache” al estilo del genial “Earl” durante, al menos, una semana completa.
Hoy ese pelazo ya es historia, pero no podía dejar pasar la oportunidad de inmortalizarlo para las generaciones venideras de “Palma’s”. Sobre todo, para mis futuros sobrinos y sobrinas (¿hijos? va a ser ya que no...).
La recompensa (fútil) es la de reafirmarme y dejar constancia aquí de que “titoLuismi” es alguien que cumple; tanto en las gili-mierdeces como en los asuntos importantes. Que no se os olvide, gañanes y gañanas que-no-leéis estas tonterías: esta puerta SIEMPRE está abierta para vosotros (y vosotras, sobre todo...).