Hola Comandante:
Hoy hace cuarenta años de lo de la escuelita de La Higuera, cuando Terán te incrustó los nueve balazos que luego tanto se molestó en disimular cuando te “exhibió” en la lavandería, al día siguiente. Hoy tendrías 79, muchísimos más que yo...
No hay “hombre nuevo”, comandante. Hay sólo un hombre con un rostro que parece vislumbrarse en el de todos los demás hombres. Hay sólo unos hilos de seda que manejan demasiadas extremidades articuladas. Hay sólo un grito ahogado que más bien parece un bostezo demasiado largo...
Quiero pedirte perdón, comandante. Tú sabes por qué...
Hasta (la victoria) SIEMPRE, don Ernesto.
lunes, 8 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario