jueves, 9 de agosto de 2007


La Busca (del ventilador) y otras paridas de agosto...

Agosto es un mes olvidable y que deseas que pase lo más rápidamente posible cuando eres un tipo que constata que está mejor trabajando que de vacaciones, puesto que no tienes a NADIE con quien compartirlas, bastante poco dinero y, para colmo, eres prácticamente el único soltero y sin compromiso de tu grupo de gente.

Agosto es una putada de mes donde (joder) la blogosfera (salvo las honrosas excepciones de l@s prim@s) se muere, y nadie actualiza su blog y, mucho menos, te lee o deja comentarios en el tuyo.

Pero agosto también puede ser un mes para dejarse llevar por los conciertos de buena música (Festival de Blues de Cazorla, Lemon Pop, los bolos de mi grupo, ejem...) o para leer y escribir cuatro cosas medianamente interesantes (y no, no me refiero a estos posts...). Fantástico también para dejarse atar por las ligaduras de un insomnio cuasi crónico y un noctambulismo compulsivo...

En esas estaba la otra noche releyendo del tirón “La Busca” de Pío Baroja cuando llego a ese “click”, a ese momento en que Manuel, el hijo de la Petra, decide que hasta aquí hemos llegado. Y en ese momento, comienza a aceptarse. Concluye una “busca” y comienza otra aún más apasionante que el señor Baroja ya dejará al libre arbitrio y a la imaginación de todos los lectores...

Me gusta cómo Baroja hace accionar ese resorte con sólo una frase que encierra mucho más de lo que parece; porque en el fondo, no viene más que a demostrarnos que (al margen de épocas o de fechas) nuestra sociedad está destinada, si no es capaz de cambiar de derroteros, al más absoluto de los fracasos morales y éticos.

Porque a las personas nos juzgan por nosotras mismas, en lugar de por nuestros actos. Y esto, lo siento, me parece tremendamente INJUSTO.

Esto anula toda posibilidad de rectificación, todas las opciones de redimirse y aprender de los errores... Sí, me han cogido, lo han adivinado... en las próximas líneas ejemplificaré esto con una de mis antológicas “cagadas” en la que, oh sorpresa, una chica andará por medio (soy previsible, lo sé, pero es que hace un calor de la ostia...).

En un post de Rafa leo “cada vez que recuerdo cómo la perdí, me pregunto cómo pude ser tan inframental...”. Yo no pienso así. Yo ya la había perdido, pero tampoco merecía ser condenado con la certeza de que ya nunca iba a poder recuperarla tan sólo por haber cometido un error estúpido y perfectamente justificable. Sin embargo, el concepto “Luismi” ya había perdido todos los enteros de la historia del álgebra. No way man, ya no hay marcha atrás. Lamentable...

Hesse hablaba de una sociedad “atomizada y deshumanizada”, especialmente en “El lobo estepario” (lean a La Mujer Justa, alter-ego de Desesperada para una gran reseña de esta novela). Yo creo que nos venimos enfrentando desde hace tiempo a una “sobrehumanización” que no deja de ser tan peligrosa como su polo opuesto.

Joder, ¿por qué no dejamos de una puta vez de quitarle importancia a las cosas que realmente no la tienen? ¿Cuántas “ejecuciones” más en nombre del orgullo? (Proclamo).


PD: Como diría Gorka... “¡No hay huevos de dejar un comentario!”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...mis huevos se han retraido tanto que estan preguntandose si la luz al final de ese tunel es el ojete... que malo es el calor...

Desesperada dijo...

bueno, me acabo de enterar de esta recomendaçao que hiciste de mi reseña de hesse, ¡mil gracias!