miércoles, 10 de febrero de 2010


Cefalea…

Finalmente resultó que el paraíso “hippie” también tenía sus aristas… Para qué mentir y decir que no me alivió: siempre pensé que lo de llevar tu coche a lavar por dentro a uno de esos “rapicares” tenía un punto burgués que recomendaba cerrar el pico y disimular con una bayeta en la guantera. Ahora, todos calladitos y en paz, ¿vale?

En definitiva… estoy hasta la polla del ibuprofeno, de trabajar pagando, del Arturo y de la Indhira, de los quinceañeros con patas de gallo y de los coros del Falla y sus bandurrias estridentes. Eso sí: el coche, pa comer encima del salpicadero, oyes.

Yo tampoco lo entiendo, tranquilo/a… Habrá quien sí. Y mucho.