miércoles, 25 de marzo de 2009


PARAPSO

A través de mareas inverosímiles o de
caminos indescifrabes en los planos o de
rumores infundados y transeúntes o de
cartas nómadas que acampan en habitáculos erróneos o de
canciones que se eligieron por equívocos inocentes o de
malentendidos que vierten en sumideros colapsados o de
poemas de saldo que van de mano en manos sucias o de
las dádivas de viandantes displicentes o de
tus cuadros y sus trazos mal descritos o de
los saltos mortales torpemente calculados o de
las hojas que se mecen en la saliva turbia o de
suspiros, los tuyos, o los jadeos o tus gritos o de
una ansiedad que templa el golpe, el quiebro...

Mediante. A causa. Debido. Por obra.
Gracias a qué… Me sobran y me faltan al tiempo
los renglones, las vocales. No importan. Mudas.

Las puertas y los goznes. Gracias a qué…

Entras.
Mi vida por tu destino, no por tu origen exánime que ya
a nadie interesa ni compete.
Entras. Y construyes, y permaneces
conmigo suplicante besando tus rodillas y
atándote al cielo, al tejado excelso de piedra unánime…
Entras.
Y no el sol ya, ni las galaxias mínimas de polvo, ni el aire.

Entras, sí.
Mi muerte por tu reflejo, no por tu espalda yerma que
no habita en yemas extrañas, ni se arquea entre ellas.

Por obra. Debido. Mediante. A causa.
Entras. A través de. Gracias a qué…
A quién importa.