SI ME DISTE LA ESPALDA “2”... (apostillo y tiro porque me toca).
Pasa algo con “Los Planetas” y, desgraciada o afortunadamente (yo creo más bien que lo primero) veo que empieza a pasar más... No, no es que cada vez sea más evidente que a “J” no se le entiende un carajo en directo (que también)... Me refiero a la creencia cada vez más extendida de considerar a este grupo granadino un grupo MISÓGINO en sus letras, algo que, por otra parte, tampoco les ha venido muy mal y ha ayudado a asentar y cimentar su “leyenda negra” dentro del panorama musical nacional en general, y en el mundillo “indie” en particular (que todo hay que decirlo).
Yo no soy propenso a hacer este tipo de “aclaraciones” en un blog, pero la reiteración obliga. Y es que ya no es a mí solo... otros compañeros “bloggers” también me lo han comentado en alguna ocasión cuando han transcrito toda o parte de una letra de esta banda; o lo que es peor, algún buen amigo ya ha recibido un (creo que injustificado) reproche/reprimenda cada vez que ha osado, en público, citar algún tema “planetesco” como “No ardieras”, “La Playa” o “Pesadilla en el Parque de Atracciones”.
Es rara, digo, la vez que estos velados “homenajes” o evocaciones no han tenido como respuesta airada la de alguna chica que, por decreto-ley se ha dado inmediatamente por aludida o se ha erigido en portavoz de alguna conocida común que “tal vez no se mereciera tal indirecta”. Automáticamente, el autor del corta-pega o el locutor improvisado que da paso al recuerdo de la canción es clasificado como un “hijodeputamachistavengativoyrencorosoquedeberiaaprenderaolvidaryaperdonaryadejarquelagentevivalavidaasumanera,aprendiendoaperderyadepaso”.
No acusaré a estas muchachuelas de egocentrismo, porque sería una desvergüenza y una incoherencia por mi parte (yo, el rey del “yoísmo” –lo asumo), sino que creo que esto suele responder más bien a un ataque espontáneo de CULPABILIDAD, también llamada “conciencia-sucia-sucísima” que hace que la persona en cuestión se auto-declare como parte contratante del contrato doloroso (muy a su pesar y con todo el dolor, valga la rebuznancia).
Pero la cuestión es que, aunque no en la mayoría de las veces, en otras, estas sabiondas de tres al cuarto la cagan clamorosamente, y ahora sí entro en mi propio terreno, en el personal: Yo no puedo, lamentablemente (porque indicaría una comunión artística que me encantaría tener), meterme en la cabeza de “J” cuando compone sus temas, del mismo modo que él no puede meterse en la mía (y mira que hueco hay) cuando yo redacto mis versos o mis párrafos. Es casi seguro que, tanto en el caso de esta hermosa canción (les animo a que la escuchen y no sólo la lean) como en el de las otras citadas arriba, el mensaje vengativo fuera protagonista. Y hacia una chica, claro... O no.
Pasa algo con “Los Planetas” y, desgraciada o afortunadamente (yo creo más bien que lo primero) veo que empieza a pasar más... No, no es que cada vez sea más evidente que a “J” no se le entiende un carajo en directo (que también)... Me refiero a la creencia cada vez más extendida de considerar a este grupo granadino un grupo MISÓGINO en sus letras, algo que, por otra parte, tampoco les ha venido muy mal y ha ayudado a asentar y cimentar su “leyenda negra” dentro del panorama musical nacional en general, y en el mundillo “indie” en particular (que todo hay que decirlo).
Yo no soy propenso a hacer este tipo de “aclaraciones” en un blog, pero la reiteración obliga. Y es que ya no es a mí solo... otros compañeros “bloggers” también me lo han comentado en alguna ocasión cuando han transcrito toda o parte de una letra de esta banda; o lo que es peor, algún buen amigo ya ha recibido un (creo que injustificado) reproche/reprimenda cada vez que ha osado, en público, citar algún tema “planetesco” como “No ardieras”, “La Playa” o “Pesadilla en el Parque de Atracciones”.
Es rara, digo, la vez que estos velados “homenajes” o evocaciones no han tenido como respuesta airada la de alguna chica que, por decreto-ley se ha dado inmediatamente por aludida o se ha erigido en portavoz de alguna conocida común que “tal vez no se mereciera tal indirecta”. Automáticamente, el autor del corta-pega o el locutor improvisado que da paso al recuerdo de la canción es clasificado como un “hijodeputamachistavengativoyrencorosoquedeberiaaprenderaolvidaryaperdonaryadejarquelagentevivalavidaasumanera,aprendiendoaperderyadepaso”.
No acusaré a estas muchachuelas de egocentrismo, porque sería una desvergüenza y una incoherencia por mi parte (yo, el rey del “yoísmo” –lo asumo), sino que creo que esto suele responder más bien a un ataque espontáneo de CULPABILIDAD, también llamada “conciencia-sucia-sucísima” que hace que la persona en cuestión se auto-declare como parte contratante del contrato doloroso (muy a su pesar y con todo el dolor, valga la rebuznancia).
Pero la cuestión es que, aunque no en la mayoría de las veces, en otras, estas sabiondas de tres al cuarto la cagan clamorosamente, y ahora sí entro en mi propio terreno, en el personal: Yo no puedo, lamentablemente (porque indicaría una comunión artística que me encantaría tener), meterme en la cabeza de “J” cuando compone sus temas, del mismo modo que él no puede meterse en la mía (y mira que hueco hay) cuando yo redacto mis versos o mis párrafos. Es casi seguro que, tanto en el caso de esta hermosa canción (les animo a que la escuchen y no sólo la lean) como en el de las otras citadas arriba, el mensaje vengativo fuera protagonista. Y hacia una chica, claro... O no.
Yo simplemente puedo aclarar que la evoqué porque pensaba en un AMIGO al que intenté ayudar, y que no quiere dejarse ayudar, y que, efectivamente, al menos jamás me podrá reprochar que no lo intentara; al que no sé si voy a volver a ver... (“y hasta aquí puedo leer, tarjetita por allá...” Mayra Gomez Kemp dixit). Y, de algún modo, "agradecía" que existieran otras personas, otros artistas, que ayuden a poner de relieve con palabras o acordes justo lo que otras no alcanzamos (por impotencia o incapacidad) a proyectar. A eso se le suele llamar "arte".
Pues eso. Siento haber “malgastado” una entrada para esta chorrada (y hacerles malgastar su tiempo, escasos lectores), pero también tengo mi cosica-aquí-dentro. Sí, es orgullo... hay quien presume de empatía y no la ve ni de frente, pintada en fucsia y en un pasillo de un tren de provincias...
Listilla...
Pues eso. Siento haber “malgastado” una entrada para esta chorrada (y hacerles malgastar su tiempo, escasos lectores), pero también tengo mi cosica-aquí-dentro. Sí, es orgullo... hay quien presume de empatía y no la ve ni de frente, pintada en fucsia y en un pasillo de un tren de provincias...
Listilla...