Mis “salidas-de-armario” (vol. 2).
Confesiones reales de un republicano...
Confesiones reales de un republicano...
Fui yo quien intentó incendiar aquel edificio del Instituto, presa de una locura transitoria por efecto de esnifar “Tippex” en la hora libre de Filosofía.
Era joven (guapo y musculado) e inconsciente. Si me quieren pasar la factura del tablón de corcho, hoy por hoy la pagaré encantado con efecto retroactivo...