COPA DAVIS
Nadie ha escrito (jamás)
sobre la belleza de las avenidas
bombardeadas por semáforos verdes
en mañanas de sábado mugrientas.
O lo sublime de la calada perfecta
tras de la uña recién limada.
No. Creo que no.
Nadie ha escrito (nunca)
sobre el prodigio del desaprendizaje,
sobre los pedazos de asfalto
(aún humeante)
que se abrazan a las ruedas caras…
(“neumáticos” dirían los puristas).
Por eso ha (mi muerte) de ser tan ejemplar:
(siempre los dos puntos y su
puta angustia; y lo expectante…).
24/11/08
Nadie ha escrito (jamás)
sobre la belleza de las avenidas
bombardeadas por semáforos verdes
en mañanas de sábado mugrientas.
O lo sublime de la calada perfecta
tras de la uña recién limada.
No. Creo que no.
Nadie ha escrito (nunca)
sobre el prodigio del desaprendizaje,
sobre los pedazos de asfalto
(aún humeante)
que se abrazan a las ruedas caras…
(“neumáticos” dirían los puristas).
Por eso ha (mi muerte) de ser tan ejemplar:
(siempre los dos puntos y su
puta angustia; y lo expectante…).
24/11/08