lunes, 4 de agosto de 2008

Desde el Heliocentro… hasta el corazón.

Si no hubiera sido porque tenía la certeza absoluta de que a esa hora no iba a contestarme al teléfono, hubiera llamado a “Q” unos cinco segundos después de que empezaran a tocar “Glaciar”… (¿Cuál sino esa podían haberme dedicado; esa “con un toque MAGA tan chulo”…?). Merecía la pena ese pellizco al saldo. Vaya que si la merecía…

DIECINUEVE (el nombre ya es toda una declaración de intenciones), antes “Mercurio”, juntos desde hace ya unos años y provenientes de Almería y Murcia, lo conforman Emilio (bajo y coros), Juanfran (guitarra y voces), Salas (teclados), Miguel (batería) y Antonio (guitarra y –si me permite- sublimes “atmósferas” eléctricas). Con una humildad que en principio, y prejuiciosamente, no se le presupondría a una banda con casi 30.000 visitas en su Myspace, una trayectoria tan sólida y una entrada tan fulminante y clara en la fase final del Concurso de Maquetas de “Booking Bolero” (algo que no les vendría grande, tras acabar finalistas del concurso Astoria en abril, en la Sala Nasti de Madrid), se nos presentaron el viernes en Torrox, para (y no exagero) marcar un punto de inflexión, un antes y un después en el coqueto escenario que Dani monta cada viernes para acoger a los aspirantes al premio final.

Diecinueve puede sonar a Maga, sí… suena a Niños Mutantes, suena a Skimo, te puede hacer evocar a La Habitación Roja o incluso a Malahora, sí… eso se podría decir tras una primera y superficial escucha (y con la intención clara, ya no de comparar –todas son odiosas- sino de homenajear y reconocer); pero cuando les ves en directo, defendiendo sus temas (y sus maravillosas letras en castellano), y viviéndolos (no sólo interpretándolos), te das cuenta instantáneamente de que Diecinueve suena, sencilla y llanamente, a Diecinueve. Y ésta es, precisamente, su mayor grandeza.

Desde 2006, cuando “Principio de Parsimonia” debutó en enero y luego tuvimos la suerte de verlos en Benalmádena, jamás otro grupo me había emocionado tanto en directo, nunca antes había tenido tantas ganas de que el “set-list” del concierto fuera interminable, de que la noche se prolongara hasta límites insospechados. Sin ser un crítico musical en sentido estricto (afortunadamente), me atrevo a decir que, al menos en la escena andaluza, Diecinueve hereda orgulloso el testigo del indiepop que los todopoderosos e insignes “Planetas” hace ya un tiempo comenzaron a ceder generosamente a la práctica totalidad de los grupos mencionados en el párrafo anterior.

Si la despiadada maquinaria del “colegueo” y de la industria mercantilista se duerme y se despista sólo lo justo, no será difícil, en cuestión de muy poco, escuchar hablar de este grupo al nivel que se merece; escuchar, en general, a este grupo, haciendo lo que mejor hacen, en los escenarios en los que un sitio de privilegio ya les está esperando…
Yo podré decir entonces (más henchido que ahora, pero igual de orgulloso): “…a mí me dedicaron un día “Glaciar”…”.

2 comentarios:

Elios dijo...

Bueno! Te puedo decir que agradacemos hasta límites insospechados esta crítica (muy bien redactada, y argumentada por cierto)... La llevaré orgulloso allí donde pueda!

Yo soy Emilio (también tengo un blog como ves jeje). Espero que nos veamos pronto y no perdamos el contacto!

Un abrazo!

Anónimo dijo...

¡Muchisísimas gracias por la crítica! Poco más que añadiar a lo que ya ha escrito Emilio...parece sacada del Rockdelux!

Abrazos