lunes, 14 de enero de 2008


De noches insanas...

Me enfrento, en las últimas semanas, a una decisión, una terrible diatriba que no está haciendo otra cosa más que minar mi salud, mi moral y mi ánimo, bloqueándome en no pocos aspectos de mi vida cotidiana, y salpicando mucho de lo que me rodea...

Teniendo en cuenta mi “Historial”, es decir: 28 años (casi 29), sin pareja (aunque con ciertas ganas ya de volver a tenerla, a qué mentir), viviendo solo y sin nadie (hijos, familiares...) a mi cargo, excepto mi gata “Chicha”; una de dos:

O me “prostituyo” de todas-todas y sin remedio, me “vendo”, y continúo haciendo algo que no me gusta demasiado (y que en ocasiones, detesto); y si no es esto, lo siguiente que venga, esclavizado y sometido a los grilletes de un préstamo hipotecario y una moderada lista de gastos fijos mensuales...

O, siendo consciente de que tengo una edad y un espíritu tales que aún no es demasiado tarde como para dibujar un punto de inflexión, me atrevo a “mandarlo todo a tomar pol culo” y, de una puñetera vez, me paro a pensar qué es lo que realmente quiero hacer YO con mi jodida vida, sabedor de que es la única; la única...

Los conceptos “proyecto de vida” o “reconstrucción personal” siempre me han causado extrañas alergias mentales; no estoy hablando exactamente de eso (lo cual, sin duda, apoyaría la segunda elección). ¿Puntos medios? Tal vez, pero no creo demasiado en ellos...

Creo que es un momento crucial, e incluso me ha sobrecogido percatarme de ello esta misma noche, escuchando el repiqueteo de las gotas contra los cristales (por fin llueve moderada y continuadamente por estas latitudes). Jamás me lo había planteado de esta forma, y debo confesaros que tengo bastante miedo. Mucho. Supongo que, en toda vida, se presentan más de uno como éste, de tal magnitud.

Tal vez sea la falta de motivaciones “externas” que, en un momento dado, como creo que le pasa a mucha gente, llegan a enmascarar o silenciar las voces de las “internas”. En ese caso, debería alegrarme por estar siendo totalmente transparente con respecto a mí mismo y mi “yo” como entidad libre e independiente. Pero repito, empieza a ser demasiado sobrecogedor, abrumador; ingente.

Es una mala época ésta para ser “ciudadano”; eso, sin duda. Complicado en cualquier caso... No nos lo están poniendo demasiado fácil, la verdad...

No hay comentarios: